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¿Hay alternativas a la tradición?

En los últimos años, la tendencia en occidente de alejarse de la religión ha ido en aumento, y países tan tradicionalmente católicos como España no son una excepción. Esto no solo ha ocasionado un descenso en la cantidad de fieles que celebran los actos religiosos más importantes en la vida de un cristiano como son el bautizo, la primera comunión, los enlaces matrimoniales y los funerales, sino que han aparecido nuevas alternativas para celebrar esos momentos puntuales con actos laicos. Muchas veces se prefiere omitir el festejo, como en el caso de los bautizos y las comuniones, o cambiarlo por ceremonias civiles como los enlaces.

El caso de los funerales es más complicado. Al no estar tan asumido el acontecimiento de la muerte como una parte de la vida provoca no tener planificado cómo se va a reaccionar ante ella, por lo que se recurre a la tradición, así que aún hoy es fácil ver familias ateas que celebran una misa religiosa para despedir a un difunto. Este factor, sumado a otros inconvenientes como el desconocimiento de las alternativas, hace que no esté muy claro cómo debe afrontarse un suceso como este según las preferencias religiosas de la familia.

Dos caminos hacia el último adiós

Fernando Bar Quitáns, sacerdote de la parroquia Santa María Goretti, es consciente de esta situación: “El funeral sigue siendo un acto más que religioso, social. En España hay todavía mucha tendencia al acto religioso porque acude mucha gente y por tradición, sea creyente o no. Porque al final es hacerles un recuerdo, que se lleven un recuerdo de la persona. En España el tema de las bodas y bautizos han descendido, pero los funerales se mantienen, ni aumentan ni descienden. Aunque hay que distinguir las costumbres, aquí en el sur se estila mucho hacer la misa en el tanatorio, mientras que en el norte aún se prefiere ir a la parroquia. Pero se mantiene en cuanto a que tiene que ser muy poco creyente quien se ha muerto y su familia como para que no le hagan ninguna misa religiosa”.

Pero sí existen alternativas. Es común que, sobre todo en los grandes cementerios, haya una sala habilitada para ceremonias civiles o de cualquier tipo que no sean cristianas, ya que para eso disponen de una capilla. Funciona de una forma un poco diferente a la contratación de la misa religiosa, que por otra parte es la que se suele incluir en las pólizas de seguro básicas, ya que se gestiona a través del alquiler de la sala. En Málaga, el Parque Cementerio posee una estancia de estas características, pero el gerente de Parcemasa reconoce que aún es muy desconocido este servicio.

“Nosotros tenemos una sala para ceremonias civiles que dispone de medios audiovisuales fantásticos donde se pueden proyectar fotos, películas o lo que quieras, se puede poner música y hacer lo que quieras. Es una sala adaptada a todo. Por ejemplo, cuando murió Rockberto, integrante del grupo musical malagueño Tabletom, me dijeron que lo que querían era poner el féretro en medio y tomarse unas birras, y yo mientras que no me quemen la casa, cada cual es muy dueño de expresar sus sentimientos como quiera. Aunque el porcentaje es mínimo, las misas están en un 98% ya sea por los usos sociales o por los porsiacasos de último momento, las supersticiones, acaban tirando por ahí”, dice.

Precisamente los medios audiovisuales que ofrece, según Parcemasa, hacen que el precio del servicio, 50€, esté muy por encima del coste actual de la sala ecuménica, que son 18,95€, ya que para ellos “no es que sea más cara la sala de actos, es que la otra sala es demasiado barata”.

Los sacerdotes también reciben un sueldo por dar la misa del funeral. Fernando Bar lo explica: “Nosotros tenemos un estipendio, que es un dinero que se nos da por la eucaristía, pero no por celebrarla, porque se entiende que la eucaristía es algo más grande que eso, sino que es una ayuda que se le da al sacerdote. Si vas al cementerio a dar una misa, te apuntas en un libro que hay como que has dado tú la misa y recibes ese estipendio desde el Obispado, que va contratado dentro del servicio de las funerarias”.

La cantidad de dinero es diferente en cada caso. Así, el dinero que un sacerdote cobra en un tanatorio, corre a cargo del Obispado, quedando aislado de los 18,95 que se paga por la sala ecuménica. Sin embargo, si es en la parroquia queda a cargo de la familia, que en este caso no tendrá que pagar por la capilla en sí. “El estipendio en una misa suele ser 10 euros en la parroquia, y en el tanatorio son 20, pero hay gente que además te deja 50 o no te dejan nada, pero tú no lo haces por eso, sino para acompañar a la familia, que normalmente suele ser generosa”.

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